“Debemos comprometernos en la defensa de las víctimas de malos tratos”
Alrededor de 200 personas se han concentrado en el Bulevar Norte contra la violencia de género, atendiendo a la convocatoria que, un año más, ha realizado el Ayuntamiento de Parla, a través de la concejalía de Mujer y con la participación del Consejo Sectorial de la Mujer.
26/11/2010 00:00
El alcalde de Parla, José María Fraile, acompañado por la corporación municipal, ha estado presente en la concentración y ha vuelto ha manifestar su compromiso de luchar contra esta lacra, firmando en el Libro contra la violencia de género.
El Consejo Sectorial de Mujer de Parla ha hecho público un Manifiesto en el que se ha pedido a la ciudadanía que “debemos comprometernos en la defensa de las víctimas de malos tratos”. ”La violencia de género desaparecerá cuando las mujeres dejen de ser ciudadanas de segunda, desaparecerá cuando dejen de estar a la cabeza de las listas de pobreza, desempleo, de sufrir la infravaloración de sus trabajos y los problemas de conciliación de la vida personal, familiar y pública. Desaparecerá cuando se deje de usar su imagen como un objeto de consumo y cuando sus palabras se oigan con el mismo volumen que se escuchan las de los hombres”.
En el acto, que ha cerrado el primer edil, ha intervenido también el Coro de la Escuela Municipal de Música de Parla.
25 DE NOVIEMBRE, DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Un 25 de noviembre más.
Un día señalado por la ONU para conmemorar en todo el mundo el Día Internacional contra la violencia de género. La Asamblea General de las Naciones Unidas le concedió a ésta fecha carácter oficial, reconociendo el 25 de noviembre como el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Desde entonces se viene celebrado éste día para llamar la atención y generar concienciación de que la violencia contra las mujeres es una de las formas de agresión más extendidas en todo el mundo y de especial crueldad. Ya que se ceba sobre quien más se ocupa de cuidar de las personas.
La violencia contra las mujeres es el crimen encubierto más frecuente en el mundo. Ante esta situación, cada vez más hombres, mujeres, chicos y chicas manifiestan su compromiso y su voluntad de prevenir la violencia.
La violencia machista tiene sus raíces en razones de carácter cultural y social, que son consecuencia del papel que la mujer ha desempeñado a lo largo de la historia de la humanidad. La violencia de género es una expresión de la relación de desigualdad y poder entre hombres y mujeres que está basada en la supuesta superioridad y la dominación real de un sexo sobre otro.
La violencia de género desaparecerá cuando las mujeres dejen de ser ciudadanas de segunda, desaparecerá cuando dejen de estar a la cabeza de las listas de pobreza, desempleo, de sufrir la infravaloración de sus trabajos y los problemas de conciliación de la vida personal, familiar y pública. Desaparecerá cuando se deje de usar su imagen como un objeto de consumo y cuando sus palabras se oigan con el mismo volumen que se escuchan las de los hombres. Y cuando se las visibilice en todos los espacios sociales.
Siempre que hablamos de violencia de género hacemos referencias a las cifras.
Números fríos tras los que se esconde dolor, sufrimiento, silencio, miedo, vergüenza, huidas y desgraciadamente, muerte.
No existe zona geográfica en el mundo donde no haya o se produzca la violencia doméstica y es por tanto, un grave problema social en el que todas las personas debemos ofrecer una respuesta firme encaminada a apoyar a las víctimas con la máxima celeridad, cada año son muchas las mujeres y cada vez más jóvenes, que son asesinadas, maltratadas y discriminadas. Hace necesario intensificar las estrategias para erradicar esta lacra social.
La violencia siempre es caótica, crea confusión y crea rechazo. Siempre ha sido innombrable pero desde hace ya unos años, se le ha puesto nombre y eso nos ha permitido hacerla visible, reconocerla, es decir, hacer que exista fuera de los muros del infierno de una casa y sobre todo, mirarle a los ojos y decir “aquí estoy yo”. Y esa es la forma en que las voces de la sociedad gritamos ¡BASTA YA!
El silencio y la resignación no son la respuesta, nunca deben serlo, ni para las víctimas ni para quienes convivimos con quienes lo sufren, sean físicos o psicólogos, no podemos tolerarlo.
La sociedad no puede permitir que los agresores ganen la partida a las víctimas y somos las personas que formamos esta sociedad quienes tenemos la obligación de provocar el cambio. No basta cuando una de esas muertes se convierte en protagonista de los medios de comunicación. Hemos de asumir una responsabilidad mucho mayor y no debemos callar porque el mutismo y la pasividad nos convierten en cómplices.
Formamos una sociedad que debe comprometerse en la defensa de las víctimas de malos tratos y en la que los agresores no tengan cabida, y se vean en la necesidad ineludible de cambiar su comportamiento.
La violencia de género es un obstáculo para la igualdad, el desarrollo y la paz.
El silencio ya no es posible porque hace cómplices a quienes no lo rompen, por eso queremos dar hoy un paso al frente y sumar nuestro recursos para lograr atajar la violencia contra las mujeres y poner un punto final a un coste inadmisible para una sociedad avanzada y democrática. Cada persona o institución tienen un compromiso en la lucha contra la violencia porque no es cosa de ellas, no es cosa de otras. La violencia es cosa de todos y de cada una de las personas que conformamos esta sociedad, tan sólo asumiendo una responsabilidad compartida hace desaparecer la mayor lacra social que sufrimos en la actualidad.
Podemos forzar su desaparición y contribuir al progreso.